En un giro inesperado, la expresidenta y actual titular del Partido Justicialista a nivel nacional, Cristina Fernández de Kirchner, instó públicamente a los legisladores bonaerenses de su espacio político a acompañar el proyecto de ley del gobernador Axel Kicillof que establece el desdoblamiento electoral en la provincia de Buenos Aires. Lo hizo a través de una extensa y reflexiva publicación en sus redes sociales, donde expresó, no sin matices, su desacuerdo con la medida, pero reconoció la necesidad de unidad política y acatamiento orgánico en este contexto.
Fernández reiteró su posición histórica en favor de la simultaneidad de las elecciones nacionales y provinciales, práctica habitual desde la restauración democrática en 1983. “Sigo creyendo que lo mejor para los bonaerenses en general, y para el peronismo en particular, es votar una sola vez, el 26 de octubre”, escribió en el mensaje publicado a las 8 de la mañana del 14 de abril, fiel a su estilo discursivo donde alterna frases en mayúsculas para subrayar conceptos clave.
Sin embargo, pese a su firme convicción, Cristina solicitó a los presidentes de bloque del Senado y la Cámara de Diputados bonaerense –Teresa García y Facundo Tignanelli, respectivamente– que desistan de impulsar el proyecto propio de concurrencia electoral. En cambio, pidió que acompañen “en la parte pertinente” la propuesta de Kicillof, la cual ya cuenta con el respaldo de sectores opositores como la UCR, La Libertad Avanza y el PRO.
A lo largo del texto, la expresidenta justificó su posición con argumentos de orden político, institucional y económico. Subrayó que la idea de someter a la ciudadanía a dos convocatorias electorales con apenas seis semanas de diferencia –el 7 de septiembre en el ámbito provincial y el 26 de octubre en el nacional– no parece razonable en un contexto de profunda crisis económica. “Destinar cuantiosos recursos al desdoblamiento electoral no parece ser lo más aconsejable, sobre todo en el marco de las dificultades económicas y de toda índole que está atravesando la sociedad producto de las políticas de Milei”, afirmó.
Cristina fue contundente al describir el panorama socioeconómico de la provincia más poblada del país: más de mil obras públicas paralizadas, ocho de cada diez nuevos desempleados son bonaerenses, una caída interanual del 8% en la actividad económica, el mayor retroceso en el consumo desde 2016 y una pérdida del 11% en los recursos por Coparticipación Federal. Estos datos, sostuvo, pintan un cuadro alarmante que debería priorizar la gestión y la atención a las necesidades sociales por encima de debates administrativos o tácticas electorales.
Además del análisis económico, Cristina advirtió sobre el perjuicio que, a su entender, el desdoblamiento podría significar para la estrategia del peronismo en la provincia. “Es un error provincializar la elección al desdoblarla”, señaló, argumentando que esta medida no solo fragmenta el esfuerzo militante y logístico, sino que también desvía la atención de los temas urgentes que afectan a la sociedad bonaerense.
En ese sentido, recordó lo planteado en la reunión plenaria del Consejo Provincial del PJ celebrada en Moreno el 9 de diciembre de 2024. Allí, manifestó su sorpresa por el hecho de que, pese a ser un espacio de debate político e institucional clave, ningún dirigente alzó la voz para defender el desdoblamiento electoral. “Me llama la atención que nadie pidiera la palabra para argumentar las conveniencias del desdoblamiento”, deslizó, dejando entrever cierta disconformidad con los modos en que se tomó la decisión.
A pesar de sus reparos, Fernández sostuvo que, en su rol de presidenta del Partido Justicialista nacional, prioriza el acompañamiento político al proyecto del gobernador Kicillof. Por eso, pidió a sus legisladores que retiren el proyecto de concurrencia electoral y respalden la iniciativa ya presentada por el Ejecutivo bonaerense, que establece comicios provinciales separados de los nacionales.
La expresidenta reconoció el hecho consumado: el 7 de abril se publicó en el Boletín Oficial el decreto que convoca a elecciones provinciales para el 7 de septiembre. De ese modo, los bonaerenses deberán concurrir a las urnas dos veces este año, más allá de las posturas dentro del peronismo.
“Dios quiera me equivoque”, escribió Cristina, en referencia a su desacuerdo con la estrategia adoptada, aunque al mismo tiempo dejó claro que el foco debe estar puesto en cuestiones más urgentes. “No se puede, ni se debe seguir distrayendo tiempo y energías restándolas a lo que realmente importa: encarar y resolver los verdaderos problemas que hoy sufren los bonaerenses”.
La decisión de Cristina de acatar la estrategia de Kicillof pone en evidencia, una vez más, las tensiones internas que atraviesan al peronismo en la actualidad. Si bien el gobernador bonaerense ha ganado centralidad y protagonismo dentro del espacio, su iniciativa de desdoblar los comicios generó ruido en varios sectores del justicialismo, que interpretan la medida como una maniobra para despegar su gestión de la elección nacional, en un contexto adverso para el oficialismo a nivel país.
La expresión de apoyo “con reservas” de Cristina también es leída por muchos como un gesto de disciplina partidaria, aunque sin resignar su capacidad de marcar diferencias. La expresidenta ha cultivado a lo largo de su trayectoria un liderazgo fuerte, que convive con momentos de silencios estratégicos y apariciones públicas cargadas de simbolismo y mensaje político.
Esta vez, su intervención llegó en un momento clave, cuando el debate por el calendario electoral bonaerense comenzaba a escalar. Con su pronunciamiento, Cristina parece cerrar filas en torno a la estrategia provincial, al menos públicamente, a la espera de los próximos movimientos tanto en el plano electoral como en la gestión política del peronismo.
La publicación concluye con un mensaje que trasciende la coyuntura electoral: una advertencia sobre el impacto de las políticas del gobierno nacional encabezado por Javier Milei. Fernández alertó sobre las consecuencias que podría tener el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, en especial por las condicionalidades impuestas que, según su mirada histórica, “han perjudicado los intereses del país y han traído sólo tristeza y miseria al pueblo argentino”.
En definitiva, el pronunciamiento de Cristina Fernández refleja una postura compleja, atravesada por tensiones entre la convicción personal, la estrategia partidaria y las urgencias sociales. En un momento de inestabilidad económica y política, su mensaje busca ordenar la interna peronista sin dejar de plantear sus diferencias, mientras el calendario electoral de 2025 comienza a delinear un escenario cargado de desafíos.