18/04/2025 - Edición Nº128

Argentina

NUEVO CAPÍTULO ECONÓMICO

Fin del cepo: Se espera una devaluación inicial de al menos el 15% el próximo lunes

12/04/2025 11:07 |



A partir de este lunes, la economía argentina vivirá un punto de inflexión con implicancias profundas en la cotidianidad de la población y en los mercados financieros. El Gobierno nacional, tras sellar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pondrá en marcha un nuevo esquema cambiario que pondrá fin al cepo, habilitando una flotación administrada del tipo de cambio oficial, dentro de una banda que irá de los $1.000 a los $1.400 por dólar. La medida, que fue presentada como una decisión técnica y necesaria, anticipa una fuerte devaluación del peso, con estimaciones que hablan de un salto inicial del 15% o más.

La expectativa en el mercado es clara: el tipo de cambio oficial, que cerró el viernes en torno a los $1.078 en el mercado mayorista, podría dispararse el lunes a valores entre $1.300 y $1.340, acercándose al precio del dólar financiero, en especial al "Contado con Liquidación", que culminó la semana en $1.340. Este salto, aunque anticipado por analistas y operadores financieros, no deja de generar preocupación por su inevitable impacto en los precios y en el poder adquisitivo de los argentinos.

El nuevo régimen: entre la flotación y la intervención

Según lo anunciado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), la entidad "promoverá la flotación libre del tipo de cambio entre los límites establecidos para el régimen", aunque también dejó abierta la puerta a intervenciones puntuales, tanto para acumular reservas internacionales (RIN) como para evitar picos de volatilidad en el mercado. Lo que resulta novedoso es que esas intervenciones no serán esterilizadas, lo cual indica que el dinero que ingrese por esas operaciones quedará circulando, lo que podría alimentar aún más la presión inflacionaria.

El ministro de Economía, Luis Caputo, buscó evitar el término "devaluación", aludiendo a que la decisión no implica una imposición de un nuevo piso garantizado para el dólar. “No es una devaluación, es una flotación. Puede ser que de acá a un año el dólar valga $970”, señaló, minimizando el impacto de la medida. No obstante, los analistas coinciden en que, más allá del nombre, el resultado será una nueva depreciación del peso, con todas las consecuencias que ello conlleva.

Qué esperan los economistas

El economista Martín Kalos afirmó que, con el nuevo esquema, “lo lógico sería que el dólar tienda a subir hacia los $1.400”, aunque estimó que el Gobierno intentará contenerlo si logra acumular reservas y ordenar las expectativas del mercado. Kalos también remarcó que el contexto internacional jugará un papel decisivo, mencionando la guerra comercial entre China y Estados Unidos como un factor de volatilidad que podría trasladarse directamente al tipo de cambio local.

Para Kalos, el salto del dólar implicaría también una nueva aceleración de la inflación, particularmente en abril. “La suba del dólar va a impactar de forma casi inmediata en los precios de los alimentos, combustibles y productos importados, lo que derivará en un índice inflacionario probablemente superior al 5%”, advirtió.

En una línea similar se expresó Federico Glustein, quien proyectó que el tipo de cambio oficial se ubicaría en torno a los $1.250 y $1.300, con una fuerte demanda inicial de dólares estimada entre los u$s1.500 y u$s2.000 millones. Según su análisis, esa presión sobre el mercado cambiario se debe a la eliminación del llamado "blend" y a las dificultades para acceder al dólar paralelo. A su vez, destacó que, si bien el nuevo desembolso del FMI podría otorgar cierto alivio inicial, no sería suficiente por sí solo para contener una corrida o estabilizar el mercado a mediano plazo.

Glustein también alertó sobre el deterioro del poder adquisitivo. "Una vez más, los argentinos se volverán más pobres. La devaluación, aunque no tan pronunciada como la de diciembre de 2023, impactará en los salarios reales y en el consumo interno, que ya viene resentido", expresó.

La mirada del mercado y los exportadores

Desde el punto de vista del mercado, el economista Gustavo Ber catalogó los anuncios del Gobierno como "positivos" en términos de señales hacia los inversores y anticipó una apertura del lunes dentro de la banda de $1.250 a $1.300. Ber se mostró optimista en cuanto al impacto de una aceleración en la liquidación de exportaciones, lo cual podría dar aire a las reservas del BCRA y contribuir a una estabilización del tipo de cambio en las próximas semanas.

No obstante, otro actor clave de este nuevo escenario serán los exportadores. Martín Redrado, también consultado, puso un freno al entusiasmo al señalar que los precios internacionales no son del todo atractivos para el sector agroexportador, lo que podría derivar en una liquidación mínima, apenas suficiente para cubrir necesidades inmediatas. Si esto ocurre, la esperada inyección de dólares no se materializaría como pretende el Gobierno, y la presión cambiaria se mantendría alta.

Ber, por su parte, no ve riesgo de que la banda fijada por el Gobierno quede “corta”, al menos en el contexto actual. Sin embargo, advirtió que el reacomodamiento de precios a corto plazo será inevitable, algo que el propio BCRA reconoce al flexibilizar su política de intervención.

Impacto inmediato en precios y en la calle

A pesar de los esfuerzos oficiales por transmitir tranquilidad, la noticia del fin del cepo y del nuevo esquema de flotación cambiaria generó inquietud en la población. Comerciantes, importadores y distribuidores ya comenzaron a remarcar precios ante la expectativa de un nuevo valor del dólar. En muchos sectores, especialmente los vinculados a bienes durables, tecnología y alimentos con insumos importados, se paralizaron ventas en los últimos días de la semana pasada.

En este contexto, es probable que abril cierre con una inflación más alta de lo previsto, lo que consolidaría una tendencia preocupante en el arranque del segundo trimestre. Desde el inicio del año, los precios vienen acumulando subas significativas, y este nuevo reacomodamiento podría dificultar aún más la meta del Gobierno de controlar la inflación antes del segundo semestre.

 

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