14/03/2025 - Edición Nº93

Argentina

Un saldo de violencia y represión en la marcha por los jubilados: Más de 100 detenidos y 20 heridos

13/03/2025 09:28 |



La jornada de ayer quedó marcada por un episodio de represión que despertó indignación en distintos sectores de la sociedad. La marcha en defensa de los jubilados, que congregó a miles de personas frente al Congreso de la Nación, culminó con un saldo alarmante: más de 100 detenidos, 20 manifestantes heridos y denuncias de brutalidad policial.

Según informó el Ministerio de Seguridad de la Nación, 94 hombres y 30 mujeres fueron detenidos durante la manifestación. Mientras tanto, 26 efectivos de seguridad resultaron heridos en el marco del operativo desplegado por Policía Federal Argentina, Gendarmería Nacional y Prefectura Naval Argentina. El SAME confirmó que al menos 20 manifestantes debieron ser trasladados a los hospitales Argerich y Ramos Mejía a causa de lesiones sufridas en el enfrentamiento.

A pesar del repudio generalizado por el accionar de las fuerzas de seguridad, desde el Gobierno Nacional defendieron el operativo, asegurando que "se logró preservar el orden público y minimizar el impacto en la circulación del tránsito". En un comunicado oficial, destacaron que continuarán "tomando todas las medidas necesarias para combatir la violencia en todas sus formas".

La manifestación: un grito en defensa de los jubilados

Desde las primeras horas de la tarde, miles de personas comenzaron a concentrarse frente al Congreso, en una protesta que combinaba un aire de bronca con un fuerte sentimiento de unidad. Con bombos, banderas y cánticos, los manifestantes reclamaban mejoras para los jubilados, uno de los sectores más golpeados por la crisis económica actual. Entre los carteles se podía leer una frase icónica de Diego Maradona: "Hay que ser muy cagón para no defender a los jubilados".

El clima futbolero estuvo presente, con camisetas de equipos como Boca, River, Independiente, Rosario Central, Gimnasia y Esgrima de La Plata, entre otros. También participaron dirigentes sindicales de la CGT y otros gremios del transporte, lo que le dio a la convocatoria un carácter multisectorial.

La escalada de tensión y el inicio de la represión

Pasadas las 16, la tensión comenzó a aumentar cuando las fuerzas de seguridad formaron cordones para empujar a los manifestantes hacia las veredas y la Plaza del Congreso. En cuestión de minutos, los efectivos se colocaron máscaras y comenzaron a lanzar gases lacrimógenos para dispersar la movilización.

Cerca de las 16:30, el accionar policial se intensificó con la irrupción de motos y carros hidrantes, mientras se disparaban balas de goma para desalojar las calles. La cantidad de manifestantes superó las previsiones iniciales del operativo, lo que provocó un despliegue de fuerzas mayor y, según testigos, un uso desmedido de la violencia.

El objetivo de las fuerzas de seguridad era claro: evitar que la multitud se estableciera frente al Congreso y cortar cualquier posibilidad de que la protesta se prolongara. Sin embargo, el costo de esta decisión fue alto. Muchas personas resultaron afectadas por los gases y heridas por los disparos con postas de goma. La imagen de un hombre con el rostro ensangrentado y de una mujer mayor cayendo de espaldas tras ser embestida por un efectivo recorrió las redes sociales y despertó indignación.

Un desenlace de represión y resistencia

A medida que la jornada avanzaba, los enfrentamientos cuerpo a cuerpo se volvieron más frecuentes. Los manifestantes, que en su mayoría habían llegado con la intención de protestar pacíficamente, terminaron reaccionando ante el avance policial. Algunos comenzaron a arrojar piedras y botellas en respuesta a la represión, mientras que los efectivos seguían avanzando con escudos y disparos de balas de goma.

Pasadas las 17, la situación se tornó insostenible y la protesta fue dispersada en su totalidad. Sin embargo, la indignación no se disolvió con los gases lacrimógenos. Decenas de manifestantes se trasladaron a la Plaza de Mayo, donde se llevaron a cabo cacerolazos frente a la Casa Rosada que se extendieron hasta entrada la noche.

Repercusiones políticas: denuncias de un "desenfreno autoritario"

El accionar de las fuerzas de seguridad generó un fuerte repudio en distintos sectores políticos y sociales. Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires, calificó la represión como "completamente feroz, ilegal y premeditada". En un comunicado, aseguró que "lo ocurrido hoy es un atentado contra derechos esenciales de la democracia" y pidió "ponerle un límite urgente al desenfreno autoritario del Gobierno Nacional".

Kicillof, quien ya había solicitado a los legisladores de Unión por la Patria que impulsen en el Congreso la quita de las facultades extraordinarias otorgadas a Javier Milei por la Ley Bases, insistió en la necesidad de limitar el poder del Ejecutivo.

Mientras tanto, en el ámbito legislativo, la Cámara de Diputados vivió su propia jornada de tensiones. En medio de internas dentro del oficialismo, el bloque libertario no logró dar quórum para tratar la quita de facultades extraordinarias al Presidente. No obstante, sí se aprobó la creación de comisiones para investigar presuntas irregularidades vinculadas a la criptomoneda $LIBRA y, por unanimidad, se declaró la emergencia nacional en Bahía Blanca tras la trágica inundación.