
La ciudad de Bahía Blanca enfrenta una de las peores tragedias de su historia reciente. Tras las intensas lluvias que azotaron la región el pasado viernes, el número de fallecidos asciende a 16 y se espera que siga en aumento. La situación es desoladora: barrios enteros anegados, infraestructuras colapsadas y una población que lucha por reponerse de la catástrofe. El intendente Federico Susbielles estimó que la reconstrucción demandará al menos 400 mil millones de pesos, una cifra que grafica la magnitud del desastre.
Los registros meteorológicos indican que en pocas horas cayó el 70% de la precipitación anual de Bahía Blanca, un dato alarmante que explica la magnitud de la catástrofe. Desde el municipio se tomaron precauciones ante el pronóstico de lluvias intensas, como la suspensión de clases el viernes, medida que pudo haber evitado una tragedia aún mayor. Sin embargo, ni las previsiones ni la experiencia de diciembre de 2023 fueron suficientes para evitar el desastre que se desató en las primeras horas del día.
El intendente relató que el temporal se intensificó durante la madrugada del viernes, con una violencia inusitada. A las 3.40 de la mañana, la tormenta desató su furia sobre la ciudad, provocando el anegamiento de calles y la rápida crecida de arroyos y canales de desagüe. Equipos municipales intentaron asistir a los afectados, pero la situación se tornó crítica cuando, a las 10 de la mañana, el canal Maldonado y el arroyo Napostá desbordaron, dejando a Bahía Blanca en un estado de emergencia absoluta.
El colapso de la infraestructura local fue inmediato. La ciudad perdió el 70% de su capacidad operativa: patrulleros, ambulancias y otros vehículos de rescate quedaron inutilizados por la inundación. A medida que el agua subía, los rescatistas enfrentaban un desafío imposible: la movilidad en muchas zonas se volvió nula. Las imágenes de las cámaras de monitoreo mostraban una ciudad sumergida mientras los equipos de emergencias intentaban, con recursos limitados, asistir a los más afectados.
Las áreas más críticas incluyeron Ingeniero White y General Cerri. En Ingeniero White, el agua alcanzó niveles alarmantes, impidiendo el acceso de los equipos de rescate hasta que se dispusieron recursos anfibios. Mientras tanto, en Cerri, la situación comenzó a mejorar con el descenso del agua, permitiendo el acceso por tierra.
El desastre afectó severamente los servicios esenciales. Para el domingo, el 55% de la ciudad había recuperado el suministro eléctrico, gracias al trabajo incesante de 400 operarios en las calles. No obstante, las telecomunicaciones continuaban con fallas, lo que dificultó la localización de personas desaparecidas. Además, se reportaron roturas en caños de gas y agua, afectando el suministro en amplias zonas.
Ante la crisis, la empresa ABSA habilitó una línea de asistencia para edificios sin agua debido a la falta de energía, mientras que el intendente anunció gestiones con Banco Provincia para instalar cajeros automáticos móviles y con el gobierno de la provincia para la tramitación de documentos extraviados por los damnificados.
En la conferencia de prensa, el intendente Susbielles no pudo contener la emoción al recordar la solidaridad de los bahienses en momentos de crisis. "Venimos de una situación muy compleja y hoy nos vuelve a tocar atravesar este momento. Pero así como nos pusimos de pie en diciembre, vamos a seguir trabajando para que la ciudad se recupere", afirmó con la voz entrecortada.
El panorama es desolador. Las familias afectadas han perdido sus hogares y pertenencias. El desborde del canal Maldonado dejó estragos incalculables, y según el intendente, su reconstrucción es inevitable. "El canal Maldonado, como lo conocíamos, ya no existe. Habremos de construirlo nuevamente y de trabajar en el arroyo Napostá para evitar futuras tragedias", advirtió.
La magnitud de la tragedia obliga a una inversión sin precedentes. Aunque el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció un fondo de 10 mil millones de pesos para la emergencia, Susbielles fue contundente: "La reconstrucción de Bahía Blanca costará no menos de 400 mil millones de pesos".
Para afrontar esta tarea, se busca financiamiento internacional y se espera el respaldo del gobierno nacional. "Confiamos en que la Nación acompañe con la misma fuerza. Bahía se lo merece", enfatizó Susbielles.
Mientras tanto, se ha habilitado la cuenta "bahiaxbahia" para recibir donaciones destinadas a la asistencia de las familias damnificadas. La comunidad responde con solidaridad, pero la necesidad sigue siendo inmensa.