10/02/2025 - Edición Nº61

Necochea

Caputo y el atraso del dólar: La ficción del gobierno de una "moneda fuerte"

09/02/2025 10:46 |



El ministro de Economía Luis Caputo aseguró en una entrevista televisiva que el dólar no está atrasado, sino que algunos precios están adelantados, una afirmación que genera un gran debate.

Mientras el gobierno interviene en el mercado cambiario con medidas como el dólar blend y el control sobre las exportaciones, el índice Big Mac de The Economist sugiere que el peso argentino está sobrevaluado. A pesar de la acumulación de reservas por parte del BCRA, las restricciones cambiarias persisten, lo que plantea una pregunta clave: si el tipo de cambio está en equilibrio, ¿por qué no se libera?

Estas y otras observaciones ha realizado Reberto  Cachanosky para MDZ en una columna de opinión bajo el título: "¿Caputo tiene el VAR para saber si hay precios adelantados?"

En una reciente entrevista por televisión, el ministro Luis Caputo afirmó que no es que el dólar está atrasado, sino que hay precios que están adelantados.

Una verdadera pirueta argumental sin sustento científico. ¿Acaso Caputo tiene el VAR para determinar qué precios están en offiside y para afirmar que el peso está habilitado?

Justamente, los únicos precios libres son los de los bienes y servicios con lo cual reflejan con mayor precisión la realidad del mercado, en otros términos, oferta y demanda.

Por el contrario el dólar es un precio controlado, no solo en el oficial, sino también en los llamados dólares libres.

El gobierno viene utilizando varios instrumentos para contener los dólares libres. Por un lado, el dólar blend, por otro lado las ventas de dólares en el CCL que el BCRA le compra compulsivamente a los exportadores. Recordemos que esa medida fue adoptada en julio cuando la brecha cambiaria orillaba el 50%. 

Además del dólar blend y las ventas en el CCL se hizo un blanqueo que más que tener un objetivo impositivo fue diagramado para que ingresaran dólares.

Tenemos también el carry trade que el gobierno alienta con el crawling peg. A esto hay que agregarle los dólares que todos los meses la clase media tiene que vender para pagar las tarjetas de créditos.

En otros términos, el gobierno está ajustando al sector privado haciendo que consuma sus ahorros para sostener un tipo de cambio artificialmente bajo.

Cuando un gobierno establece un tipo de cambio oficial, por definición está poniendo un tipo de cambio máximo y todo tipo de cambio máximo, al igual que todo precio máximo, se establece por debajo del precio de equilibrio de mercado.

Ni siquiera hace falta hacer cálculos para mostrar el atraso del tipo de cambio.

De todas formas, en esa misma entrevista, Caputo dijo que no era cierto que comer en Buenos Aires fuera más caro que en otros países porque había que comparar la misma calidad de restaurante.

Justamente, pocos días atrás la prestigiosa revista The Economist publicó el índice Big Mac. El índice Big Mac se base en el concepto de purchasing power parities (PPP) que, precisamente, sostuvo Milei que hay que tomar como referencia como forma de comparar precios.

La paridad del poder adquisitivo es una forma de comparar el valor de diferentes monedas ajustando las diferencias en los niveles de precios entre países.

En vez de realizar complejos cálculos matemáticos, The Economist optó por tomar el Big Mac para ver si hay sobre o sub valuación de las monedas con relación al dólar, dado que el Big Mac tiene la misma cantidad de carne, queso, salsa, pan, etc.

De acuerdo al índice Big Mac que acaba de publicar The Economist, Argentina tiene la segunda moneda más sobrevaluada del mundo luego del franco suizo.

De manera que ese argumento que utilizó Caputo sobre comparar los mismos restaurantes no sirve.

Pero lo más grave es que al decir que hay precios adelantados y que el dólar no está atrasado, Caputo señala a los empresarios como los responsables de los aumentos de precios por encima del tipo de cambio. Un argumento típicamente populista, casi al estilo Kicillof.

La culpa de es los ambiciosos empresarios que quieren ganar “mucho”, como si las ganancias empresariales fueran un pecado y alguien estuviera en condiciones de dictaminar que es una ganancia “justa”.

Es más, el mismo BCRA publica diariamente el tipo de cambio real multilateral, una forma de ver si el tipo de cambio real está atrasado o no, y al 6 de febrero el tipo de cambio real estaba solo un 6% por encima del tipo de cambio real que regía el 7 de diciembre de 2023, último día hábil de gobierno kirchnerista.

O el tipo de cambio que dejó Massa era de equilibrio o el actual se comió toda la devaluación de diciembre de 2023 y volvió a atrasarse, porque ambos tipos de cambio reales son casi iguales.

Otro de los argumentos que utilizó Caputo para afirmar que el tipo de cambio no está atrasado y que los precios están adelantados, fue que si estuviera atrasado, en 2024 el BCRA no podría haber comprado US$ 19.000 millones de reservas, “un récord histórico” dijo Caputo.

Obvio que pudo comprar esas reservas porque hay control de cambios y los exportadores están obligados a venderle sus dólares al BCRA mientras que las empresas no pueden girar utilidades y dividendos y si alguien viaja al exterior y quiere pagar con dólares oficiales debe pagar el 30% de impuesto a las ganancias.

A pesar de todas estas restricciones el BCRA tiene reservas netas negativas en el orden de los US$ 5.000 millones.

En definitiva, si el tipo de cambio es de equilibrio, la pregunta obvia es: ¿por qué no liberal el tipo de cambio?

Si a esta pregunta se le contesta diciendo que hay utilidades y dividendos que están atrasados porque a las empresas no les permitieron girarlos, entonces el tipo de cambio no es de equilibrio porque hay una demanda reprimida.

En el caso que hubiese ese stock de demanda reprimida, la liberación del mercado de cambios se limitaría a un salto cambiario de una sola vez y luego se estabilizaría.

Salvo que el gobierno sepa que detrás de todos estos controles cambiarios y de tasas de interés, se armó un gran carry trade que haría que la salida del control de cambios implicaría una fuerte corrida cambiaria y financiera.

Esto lo sabe el FMI y sus técnicos son reacios a prestarle dólares frescos para que el gobierno financie a los que apostaron al carry trade para que puedan salir con pérdidas mínimas gracias a que el BCRA revolee dólares para contener la suba.

Algo muy parecido a lo que ocurrió en 2018 cuando Caputo fue presidente del BCRA y utilizó US$ 13.000 millones de reservas para financiar la salida del carry trade. 

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