Con la llegada del verano y las altas temperaturas en Argentina, también se dispara la incidencia de enfermedades gastrointestinales, entre ellas, la gastroenteritis. Este trastorno, caracterizado por diarrea, vómitos y malestar general, afecta principalmente a niños, adultos mayores y personas con sistemas inmunológicos debilitados. Sin embargo, con algunos cuidados simples, es posible prevenir esta afección y, en caso de contraerla, actuar a tiempo para evitar complicaciones.
La gastroenteritis es una inflamación del estómago y los intestinos, generalmente causada por virus, bacterias o parásitos. Durante el verano, las altas temperaturas favorecen la proliferación de microorganismos en alimentos y agua, aumentando las probabilidades de contagio. Entre los agentes más comunes se encuentran el rotavirus, la bacteria Escherichia coli y la salmonella.
El contagio puede ocurrir a través de diversas vías:
Consumo de alimentos o agua contaminados.
Falta de higiene al manipular alimentos.
Contacto directo con personas infectadas.
Superficies contaminadas.
Los principales signos de la gastroenteritis incluyen:
Diarrea acuosa.
Vómitos.
Dolor abdominal.
Fiebre.
Deshidratación, que puede manifestarse con sed excesiva, sequedad en la boca y disminución de la orina.
En casos graves, especialmente en niños pequeños y ancianos, la deshidratación puede ser peligrosa y requerir atención médica inmediata.
La prevención es clave para evitar contagios y brotes durante el verano. Estos son algunos consejos fundamentales:
Higiene personal: Lavarse las manos con agua y jabón antes de comer, cocinar o después de ir al baño.
Agua segura: Consumir agua potable o hervirla en caso de duda sobre su calidad.
Refrigeración adecuada: Conservar los alimentos perecederos en la heladera y evitar dejarlos expuestos a altas temperaturas.
Cocción correcta: Cocinar bien los alimentos, especialmente carnes, huevos y pescados.
Evitar alimentos dudosos: No consumir alimentos en mal estado o con olores extraños.
Higiene de frutas y verduras: Lavar bien las frutas y verduras antes de consumirlas, preferiblemente con agua potable.
Si los síntomas aparecen, lo más importante es mantenerse hidratado para contrarrestar la pérdida de líquidos. Se recomienda:
Beber pequeñas cantidades de agua o soluciones de rehidratación oral frecuentemente.
Evitar bebidas azucaradas, cafeína y alcohol.
Descansar y evitar alimentos pesados o grasosos.
Consultar a un médico si los síntomas persisten más de 48 horas o si se presentan signos graves de deshidratación.
La gastroenteritis puede parecer una afección menor, pero sus consecuencias pueden ser graves si no se toman las medidas adecuadas. Las campañas de prevención y la educación en higiene son fundamentales para reducir los casos, especialmente en comunidades vulnerables donde el acceso a agua potable y condiciones sanitarias puede ser limitado.
En este verano, disfrutar del calor no tiene por qué significar descuidar la salud. Siguiendo estas recomendaciones, se puede prevenir la gastroenteritis y disfrutar de una temporada sin contratiempos. ¡La prevención está en tus manos!