11/03/2025 - Edición Nº90

Necochea

Conferencia en el Centro Cultural: Ponen en duda el relato oficial sobre la fundación de Necochea

09/10/2024 |



El relato de los libros de historia para la ciudad de Necochea cuenta una anécdota fundacional que de tan mitológica ha sido aceptada de buena gana por todos, asimilando un origen para nuestra comunidad que poco o nada podría tener que ver con los hechos históricos que realmente sucedieron.

Es que en una reciente conferencia brindada por el profesor Alejandro Andersen en el Centro Cultural Biblioteca Popular Andrés Ferreyra (CCN-BPAF), algunos datos presentados llegaron a poner en tela de juicio la famosa historia tantas veces relatada sobre la fundación de Necochea.

Según la oficialidad, la fundación de Necochea se produjo el 12 de octubre de 1881 a través de un decreto del entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Dardo Rocha, aunque el acuerdo para la fundación habría sido conseguido 10 años antes, con el naufragio en la zona de Médano Blanco de El Filántropo, un buque de carga que iba de Buenos Aires a Bahía Blanca y terminó encallando en el paraje local luego de una tormenta.

En los documentos de la época ya se veía el conflicto de intereses por las tierras

Fruto de las tareas de rescate, cuenta la historia, surgió una mancomunidad que hizo que los rescatistas locales vieran la necesidad de formar una localidad en el partido de Necochea, que aún en ese tiempo no tenía cabecera. Según la historia oficial, tras celebrar comidas de festejo por el rescate exitoso, los nativos de la zona (que se encontraban afincados en más de 20 establecimientos por todo el sector aledaño al Médano Blanco) comenzaron a gestar lo que diez años después sería la fundación oficial de Necochea.

Sin embargo, el relato idílico de la fundación podría no ser del todo cierto o, por lo menos, mantener un lado oscuro vinculado a la propiedad de las tierras que el profesor Andersen presentó como hipótesis plausible en su presentación en la tarde de este martes 8-10 en el CCN-BPAF.

Sucede que a lo largo de su presentación Andersen explicó que antes de la conformación de la ciudad, ya habían numerosos pobladores en la región que tenían una ocupación de hecho de la mayor parte de los territorios donde se instaló la ciudad.

En 1870 los herederos de Eustaquio Díaz Vélez, quien había comprado unas 50 leguas cuadradas por 640 novillos, decidieron mensurar las tierras y el agrimensor, de apellido Alsina, detectó en el lugar unas 24 poblaciones diseminadas que tenían habitantes y una vida comunitaria propia. Incluso había una pulpería funcionando dentro de lo que serían las tierras de Díaz Vélez.

Los censos de la época detallaban la presencia de habitantes antes de la fundación

En ese contexto es que se conocen versiones en las que se refiere a dichos de algunos de los pobladores del lugar, que para 1870 llevaban incluso ya 30 años viviendo y trabajando la tierra, según el censo rural realizado en 1834.

"Al final el mito fundacional del Filántropo se encuentra de fondo con un conflicto por la tenencia de tierras en el que no está todo claro", señaló el profesor, que encontró en ese conflicto de intereses un motorizador de la fundación que se aleja del idilio de la fundación filantrópica y de unión comunitaria que suele presentarse.

La investigación del profesor lleva 20 años de desarrollo y busca desentrañar las verdaderas motivaciones que llevaron a los habitantes originales a necesitar la presencia de autoridades estatales para establecer una sede y fundar una ciudad. La propiedad de la tierra en manos de los Díaz Vélez y el conflicto surgido con los pobladores locales por la titularidad de las tierras parece una versión mucho más verosímil que el relato histórico y descubrir esa historia podría reconfigurar completamente las bases fundantes de la idiosincracia de nuestra ciudad, cuestionando su identidad desde sus orígenes. 

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